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lunes, 27 de octubre de 2008

SAMHAIN


Hoy haremos una pequeña introducción a la cultura celta. Sobre todo en lo que atañe a sus festividades, dentro de la cual se encuentra una que hoy el mundo conoce como Halloween.
Se considera que los celtas tienen su origen en una zona que en la actualidad corresponde a Francia y al sur de Alemania, donde estaban establecidos alrededor del segundo milenio a. de C. Su cultura se extendió por todos los territorios colindantes, y abarcó finalmente a Europa Central, Gran Bretaña, Irlanda, los Balcanes y los Cárpatos. Los últimos descubrimientos arqueológicos demuestran incluso que se trasladaron hasta los límites de China.
Si bien hacia finales del primer milenio a. de C. los celtas fueron conquistados por los romanos, su cultura sobrevivió. Los celtas constituyeron una de las últimas culturas europeas que disponía de un sistema de creencias basado en la Tierra.
Para los celtas todo era sagrado. Siempre que utilizaban algo de la creación lo veneraban.
Para comprender el ciclo anual celta hay que comprender primero el ciclo diario. Su día empezaba con el crepúsculo y seguía hasta el anochecer del día siguiente. No experimentaban temor hacia la oscuridad. Sabían que toda vida se inicia con un tiempo de oscuridad. El bebé en el interior del útero, el pájaro en el huevo, la semilla en su vaina, todo inicia la vida en la oscuridad. Una vez comprendido esto, queda claro que el año celta empezaba en un momento de oscuridad.

SAMHAIN:
Esta festividad celta (pronunciado “sau-in”) se celebra el 31 de octubre y equivalía al día de Año Nuevo.
Hoy día se conoce como la vigilia de Todos los Santos o Halloween.
Marca el fin del verano, el fin del día del año.
Es época de preparación para el invierno que se acerca, se matan las reses sobrantes y se ahumean para disfrutar de un complemento de los frutos de la tierra de invierno, más frugales. Es también la época en que se cree que es más tenue el velo que separa este mundo o plano del otro. Se utiliza Samhain para la búsqueda de la inspiración y la orientación en las Tierras de las hadas y de los espíritus.
El periodo comprendido entre Samhain y el solsticio de invierno también es época de consolidación espiritual. Una época para considerar lo aprendido durante el año anterior, para purificar el bagaje emocional y para hacer borrón y cuenta nueva.
Como la luz externa era más débil y se veía menos, los celtas miraban hacia su interior durante este tiempo. Controlaban que se llevara a cabo todo lo necesario en el plano espiritual para llegar al año nuevo con entusiasmo y vitalidad.

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